José Enrique Ginsberg, cariñosamente conocido como Kuky, tenía 43 años, estaba casado y era padre de dos hijos. Su hijo mayor, Matías, iba a celebrar su Bar Mitzvah, un momento que Kuky esperaba con ansias. Como jefe del Departamento Funerario de la AMIA, Kuky desempeñaba un papel fundamental, ofreciendo una asistencia compasiva a las familias afligidas durante sus momentos más difíciles. Su compromiso se extendió más allá de sus deberes profesionales; Kuky estaba profundamente involucrado en su comunidad, participando activamente en la Escuela Sholem Aleichem y a menudo priorizando las necesidades de la comunidad sobre su tiempo de ocio. El 18 de julio de 1994, Kuky comenzó su jornada laboral temprano, listo para ayudar a las familias que esperaban en la oficina. Trágicamente, su dedicación se vio interrumpida cuando un coche bomba explotó en el edificio de la AMIA en Pasteur 633, donde Kuky estaba trabajando con sus colegas en el cuarto piso.